APUS, WACAS, PAQARINAS
Estos entes, diferentes en concepto y existencia, son los centros de comunicación entre el hombre y lo que lo rodea, son los lugares energéticos de mayor importancia que componen la vigorosa geografía que rodea y define al valle de Cusco y los Andes. Son entidades sagradas, las que desde tiempos pretéritos indujeron a la ocupación de estas tierras y a la vez configuran los escenarios donde suceden acontecimientos del variado y rico contexto de la teología andina.
Estas entidades son elementos tangibles que enraizaron, fijaron y fortalecieron a los diferentes Ayllus (pueblos) y grupos humanos en el valle durante la etapa prehispánica. Por su realidad física justificaron su presencia en el medio geográfico, tanto en los planos míticos como históricos y geográficos, actualmente son valiosos testimonios culturales que además de guardar y atesorar esta poderosa tradición de siglos, continúan como entidades tutelares vigentes.
El cronista Guaman Poma de Ayala puntualizó:
“Era muy común entre todos los indios adorar huacas, ídolo, quebradas, peñas o piedras, grandes ceros, cumbres de montes, manantiales, brotes de agua, cualquier cosa de la naturaleza que parezca noble y diferente a las demás”
*Asi, a los grandes cerros se les llamo Apus, a las cavernas naturales y abrigos rocosos, machay (cuevas) y a las fuentes de agua, pukios (manantiales), que quedaron trasformados en Huacas y Paqarinas, que son lugares legendarios y sagrados de los cuales emergieron los primeros padres comunes, tanto de pastores como de agricultores, con lo que se comenzó a formar una variedad de mitos y leyendas en torno a los cuales comenzó a girar la existencia de los ayllus.
Actualmente los Apus que guían al valle de Cusco mantienen su prestigio y jerarquía sagrada, adquieren un carácter importante y de respeto sobre la ciudad milenaria, estas fuerzas telúricas condicionaron a la orientación de la trama urbana de la llaqta (pueblo) de los incas, cuyos trazos y perspectivas aún se pueden percibir, ya que los Apus andinos junto a las posiciones astronómicas de los seres celestes divinos ingresan todavía al espacio urbano de las calles y plazas, que hasta ahora son restos físicos de los kijllus y explanadas ceremoniales de la antigua llaqta del Cusco.